Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Mateo 6. 9-10
Estas palabras de Jesús han resonado por toda la tierra desde que el mismo Maestro las dijo a sus primeros discípulos cuando les enseñaba acerca del Reino de Dios. La frase "Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" encierra un contexto que va más allá de sólo hacer lo que Dios nos manda que hagamos, dentro de esta frase encontramos obediencia, respeto, devoción, amor, adoración, alabanzas y gratitud.
¿Acaso Jesús nos quiso enseñar que para acercarnos a Dios lo hagamos como se procede en el cielo? escuché una frase referente a los cultos que encierra una gran verdad: "mientras en algunas congregaciones se empeñan en parecerse al mundo para atraer al mundo, nosotros debiéramos esforzarnos en prepararnos para el cielo."
El apóstol Juan nos relata en apocalipsis una visión formidable donde Nuestro Dios y su Hijo, nuestro Redentor y Señor Jesús son adorados por una gran multitud de todos los pueblos, de todas las generaciones y en todos los lenguajes; entregando Alabanzas a viva voz.
Sin el afán de ser pretencioso quisiera plantear que debemos, todos los días; buscar agradar al Señor haciendo su voluntad, presentando nuestra gratitud, nuestra devoción, nuestras alabanzas y por sobre todo nuestro amor; como se hace en el cielo aquí en la tierra.
No debemos olvidar en este contexto que Jesús es el Rey y Señor de su Reino y todos nosotros somos sus siervos, que Dios le dio un nombre que es "Sobre Todo Nombre, para gloria Dios el Padre"
Amadas y Amados, los invito a que podamos prepararnos para entregar nuestras alabanzas, nuestra adoración, pero sobre todo; nuestro amor a nuestro Rey Jesús como se hace en el cielo también aquí en la tierra.
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