Ten cuidado de ti mismo

Me ha llamado mucho la atención leer los libros de los Reyes ubicado en el Antiguo Testamento, pues en ellos me percato que el corazón de los hombres no difieren mucho a los de hoy, por eso el apóstol Pablo tenía mucha razón al escribirle a su amado hijo “Ten cuidado de ti mismo” (1ª Timoteo 4:16), como una voz de alerta “cuidado, no te dejes engañar”.

Estos días mis lágrimas han sido muchas, y la razón es simple, he mirado hacia atrás y he visto el camino que he recorrido y me he percatado que mi corazón me engañó en varias oportunidades, y he sido cómplice de él. Ahora puedo decir “nunca quise hacer eso” “no quise dañar a nadie” y es verdad,  nunca lo quise, pero el corazón del hombre es engañoso y si no estas bien firme en la verdad de Dios, fácilmente puedes tropezar y caer hacia el barranco.

He conocido a personas que llamé “hombre de Dios”, que los miraba y respetaba como tal, hombres que podían entregar su vida en el servicio y que su testimonio era digno de imitar, pero era una simple apariencia, así dice el dicho “Cara vemos, corazones no sabemos”, ya antes el profeta Jeremías lo manifestó con mucha elocuencia “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9), Jesús fue más directo y fuerte “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad”. (Mateo 23: 27-28).

Estos hombres a quienes yo respetaba por su integridad, la envidia carcomía sus corazones, ciegos por una vana pasión, carnales, impetuoso, donde se daban el lujo de confabular, conspirar y maquinar contra la autoridad puesta por Dios en la iglesia, a estos el Apóstol Pablo los llama “Amadores de si mismo…que tendrán apariencia de piedad” (2ª Timoteo 3:1-5).

Doy gracias a Dios que hoy no están con nosotros porque así es la perfecta voluntad de Dios, así lo declara el Apóstol Juan "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros" (1 Juan 2:19).

Aunque esta actitud engañosa es descubierta y  reprobada, aun permanecen entre nosotros lobos vestidos de ovejas que no cuidan su corazón, y ésta advertencia es para todos “El que crea estar en pie, cuide de no caer” (1 Corintios 10:12). Porque así también lo escribió Salomón en sus proverbios “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23).

Debemos cuidar nuestro corazón, orar por él, estar pendiente y tratarlo con mucha sabiduría de esta forma estaremos firme en los momentos que es trastocado, Salomón nos sugiere “El que confía en su propio corazón es necio; Mas  el  que  camina en sabiduría será  librado” (proverbio 28:26)

A veces veo con mucha frialdad la actitud de personas que en sus ansias de poder dicen  “si” a todo lo que la autoridad de una congregación les solicita, pero saben ellos que no están convencidos 100% del proceder de éste. Pueden soportar, resistir y hacer todo lo que se les pide, mostrarán piedad y hasta decir “yo estoy contigo, cuenta conmigo”, pero solo esperan el momento de tomar el control total para que se manifieste todo lo que había en su corazón y de estos hay que tener cuidado, porque la apariencia es tal que todos somos engañados, esto le sucedió a Hazael y fue lo que motivó a escribir esta líneas. Te invito a leer:


“Eliseo se fue luego a Damasco; y Ben-adad rey de Siria estaba enfermo, al cual dieron aviso, diciendo: El varón de Dios ha venido aquí. Y el rey dijo a Hazael: Toma en tu mano un presente, y ve a recibir al varón de Dios, y consulta por él a Jehová, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad?
Tomó, pues, Hazael en su mano un presente de entre los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y fue a su encuentro, y llegando se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad rey de Siria me ha enviado a ti, diciendo: ¿Sanaré de esta enfermedad?  Y Eliseo le dijo: Ve, dile: Seguramente sanarás. Sin embargo, Jehová me ha mostrado que él morirá ciertamente. Y el varón de Dios le miró fijamente, y estuvo así hasta hacerlo ruborizarse; luego lloró el varón de Dios.  Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel; a sus fortalezas pegarás fuego, a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres que estén encintas.  Y Hazael dijo: Pues, ¿qué es tu siervo, este perro, para que haga tan grandes cosas? Y respondió Eliseo: Jehová me ha mostrado que tú serás rey de Siria.  Y Hazael se fue, y vino a su señor, el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Y él respondió: Me dijo que seguramente sanarás. El día siguiente, tomó un paño y lo metió en agua, y lo puso sobre el rostro de Ben-adad, y murió; y reinó Hazael en su lugar” 
(2 Reyes 8:7-15)

El profeta Eliseo lloró amargamente porque vio lo que nadie ve, lo que nadie sospecha, vio el corazón de Hazael, y lo miró tan fijamente que llegó a ruborizar a este hombre mano derecha del Rey Ben-adad.  Hazael dijo “si” a todo, cooperó en todo, obedeció en todo y todo lo hacía en perfección, sin embargo, no cuido su corazón.
 
Veamos algo breve de Hazael:

Hazael significa “Dios ha visto”. Cortesano sirio que fue ungido como rey de Siria por Eliseo en cumplimiento de una orden de Jehová (1 Reyes 19:15). Hazael dio muerte a Ben-adad, y reinó en su lugar, entre los años 845 y 843 a. C. Salmansar III, rey de Asiria, redujo a Hazael y le impuso un tributo. Jehú, rey de Israel, ya se había sometido antes al rey de Asiria. En el año 838, Salmansar volvió a atacarlo. Hacia el final del reinado de Jehú, Hazael se dedicó a hostilizar los territorios situados al este del Jordán (2 Reyes 10:32); durante el reinado del sucesor de Jehú, Hazael atravesó el Jordán, e impuso una dura opresión sobre los israelitas (2 Reyes 13:4-7), invadió el país de los filisteos, tomó Gat, y no levantó el asedio de Jerusalén hasta recibir los utensilios sagrados dedicados al culto de Jehová y el tesoro del templo (2 Reyes 12:17-18). La capital de Hazael fue Damasco (Amos 1:4).

Todo lo contrario de Hazael es el corazón de David, aunque cometió ligerezas que lo hicieron besar el suelo pidiendo perdón, tenía un corazón respetuoso con la autoridad puesta por Dios. En 1ª Samuel  24:1-22, nos relata la persecución de Saúl contra David. David no quiso levantar la mano contra el ungido de Dios, auque unos años antes había sido ungido como el futuro rey de Israel, sin embargo, él espero su tiempo y guardó su corazón “No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová…”  (1ª Samuel 24:10)

Vaya, cuando estamos seguros que Dios nos ha llamado, debemos estar tranquilos, porque él levantará en su tiempo y si no es así debemos estar firmes “cuidando nuestro corazón”, analizando nuestro interior, reconociendo con un corazón verdadero la gracia de los demás y complementándola con la gracia que el Señor nos ha entregado para trabajar todos en función del cuerpo de Cristo como soldados, ayudándonos, guardándonos mutuamente, cuidándonos las espaldas de las artimañas del maligno para que no sea dañado el cuerpo de Cristo.

Jesús dijo: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se  enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no sera así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:25-28)



1 comentarios:

  1. amen, gracias por compartir, me ha edificado lo que has compartido

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