Digno...

 



Desde hace ya bastante tiempo hemos aprendido que el centro de nuestros cultos es Dios en su plenitud. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo deben ser el centro de nuestras alabanzas y el motivo de nuestra adoración. Personalmente pienso que cada vez que nos preparamos para alabar y adorar al Señor Nuestro Dios debemos prepararnos del mismo modo que el que se prepara para entregar el mensaje de Dios para nosotros, entendiendo que el mensaje que entregamos en el tiempo de alabanzas y adoración es el mensaje que necesitamos hacerle llegar a Nuestro Dios como pueblo, como parte de Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. También hemos aprendido que no cantamos a un “dios” que hemos formado por los conceptos que aparentemente nos benefician solamente, sino que Adoramos al Dios que nos muestran las Escrituras, “Al Único y Sabio Dios nuestro Salvador…” a quien debemos obediencia, y entrega de nuestra voluntad porque “Él es Digno”, y es en esto último que quisiera invitarlos a meditar y a enfocarnos.

El Padre es Digno porque envió a su Único Hijo para acerca a si mismo a la humanidad para adoptarnos como hijos suyos, pagando el precio de sangre que nos podría acercar a Dios, nadie pudo pagar el precio pagado por el Padre porque el Precio era imposible de pagar para una criatura, somos criaturas de Dios y porque Él pagó el Precio también somos sus hijos, El Padre es Digno.

El Hijo es Digno porque por amor al Padre aceptó pagar el Precio necesario para acercar la creación al Padre Eterno, cuando pienso en esto me parece paradójico que el Dueño de algo deba pagar para volver a obtenerlo, recuerdo cuando entraron a casa y nos robaron las pocas cosas de valor que poseíamos y los policías que llegaron para tomar el procedimiento nos dijeron que si queríamos recuperar nuestras pertenencias debíamos ir a cierto lugar de mucha concurrencia para comprarlas nuevamente. Satanás nos robó de la protección del Padre, y el Padre pagó para volver a protegernos a través de su Hijo Jesucristo, por eso y mucho más el Hijo es Digno.

El Espíritu Santo es Digno porque su misión el la Tierra es “convencernos de Justicia, de pecado y de Juicio.” Y en nosotros ya lo ha hecho, y aún más es quien nos hace saber la voluntad del Padre para la Iglesia, nos conduce cual antorcha en medio de la oscuridad de una noche oscura, el Espíritu Santo es Digno.

Pero eso es lo que en mi corazón y mi espíritu hay respecto a reconocer la dignidad de Nuestro Dios y estoy cierto de que aún hay mucho otros motivos para decir que Dios es Digno, que Dios es quién merece Honra, Gloria, Alabanzas, etc.

Me gustaría dejarlos con esta meditación, de que sea lo que hagamos, digamos, cantemos u oremos; hagamos todo porque Dios es “MERECEDOR” de la excelencia en la ofrenda que le presentemos. Nuestra preparación previa es la ofrenda que entregamos a Dios, el tiempo que invertimos en prepararnos, es parte de nuestra ofrenda a Dios, nuestra actitud al prepararnos es parte de nuestra ofrenda a Dios, la manera que nos presentamos a Dios es parte de nuestra ofrenda a Dios, el tiempo y actitud con la que entregamos es parte nuestra ofrenda a Dios.



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