MANUAL DE RECOMENDACIONES
EN LA DIRECCION MUSICAL
Si usted es responsable
de la dirección musical o le corresponde dirigir momento de adoración, siempre
es preciso prescindir de algunas recomendaciones y sugerencias que puedan
servirles en su quehacer.
Para este escrito
llamaremos “SM” al correspondiente “Servicio
de Música”. Además menciono que en este manual hablaremos:
a)
Del ministro de alabanza
b)
Del músico
c)
De las voces
d)
De los Director Congregacional
Además el presente Manual
posee referencias al pie de página, como también un pequeño diccionario y
nomenclaturas al final del texto con el objeto de aclarar algunas ideas.
En esta oportunidad mantendré
mi atención en el Ministro de alabanza
A.- DEL MINISTRO DE ALABANZA
1.- Determine Trasmisores de Ordenes
Conjugar
armoniosamente la letra de las alabanzas con los determinados tiempos y ritmos
que ésta precisa, incluyendo además la participación de los músicos es una
labor titánica con un inmenso grado de responsabilidad. Por esta razón, y
guardándolas proporciones del caso,
usted puede apreciar que en el tabernáculo del Antiguo testamento los
sacerdotes tenían sobre sus hombros las piedras que representaban a las doce
tribus de Israel simbolizando de esta
forma la responsabilidad y el peso de llevar al pueblo hacia Dios. No es menor
el caso vivido en la actualidad, en que los directores de alabanza deben cargar
una cierta responsabilidad y estar consciente de esto. Por lo mismo, hay que
ser sabios y hacerse ayudar por otros que compartan la misma carga, de esta
forma la ministración será más llevadero.
El hecho de haber varios
músicos sobre la plataforma y la disposición física de estos hace un tanto difícil
la proyección de una determinada orden que tiene como fin obtener un buen
desenlace en la interpretación musical de cierta alabanza. Otro motivo que hace
nula la trasmisión de órdenes es la intensidad sonora producida por la
amplificación de los instrumentos con equipos de alto parlantes inhabilitando
la trasmisión verbal en determinados momentos, es ahí donde se justifica
necesariamente la utilización ensayada y reconocida de las señas por parte de
los integrantes del servicio de música.
Por esta razón es recomendable seleccionar con antelación aquellos hermanos
que colaborarán en la trasmisión de
orden al resto de equipo evitando así la exposición a equivocaciones innecesarias, y a la
distracción inevitable por parte de la
congregación. Si hacemos un buen uso de esta herramienta la alabanza será como
un rio que se desplaza a través de su cauce para llegar a un buen fin.
(ver imagen 1).
Imagen N° 1
2.- Señas
Las señas integradas en el transcurso
del servicio de adoración será el idioma de comunicación entre los integrantes
del equipo de música cuando no se dispone de una orden verbal. Esta a su vez será la luz que nos guiará en todo el proceso de la
adoración, pero se debe entender que las señas son para los músicos o voces y
no para la audiencia, por lo mismo, debe hacerse con bastante disimulo,
cautela, precisión, lo menos apreciable por quienes integran la congregación ya
que puede ser un factor de distracción.
La audiencia
integrada por feligreses y visitantes debe solo percibir la armonía, el
unísono de los instrumentos y voces,
hacer muchas señas o gestos es indicio de poca preparación.
3.- Evite Histrionismo o Excentricismos
El centro de la
atención y expresión siempre será Dios, por lo mismo, nuestro Histrionismo o sin
querer nuestro Excentricismo debe ser
moderado, que no supere ni empañe la gracia que el Señor ha depositado en cada
integrante del servicio.
Debemos dar a
entender que el Señor es el centro de la adoración, por lo mismo el centro de nuestra atención y de esta forma trasmitir este sentimiento a la
congregación. Que la hermandad se sienta
atraída por la gracia depositada en cada integrante del servicio de música y no
en las posturas inadecuadas producto del egocentrismo propio de un puesto de
tanta significancia. La estrella en
ningún caso será un vocalista con movimientos excéntricos estereotipo de los
cantantes popular que van tras la fama, ni mucho menos de músicos que proyectan
soberbia por sus capacidades. Cada integrante es un adorador, que pasa
desapercibido en cada actuación y que su único blanco es fusionarse en la
adoración congregacional.
Indicio de
egocentrismo son aquellos vocalistas que al no estar participando del servicio
en un determinado día se hacen notar dentro de la congregación elevando e
impostando sus voces como indicando “Aquí estoy…es mi voz…”. O aquellos músicos
que solo miran de lejos como deseando decir:”Aquel que me reemplaza no toca
igual a mí…”
Bueno, no quisiera
extenderme, habrá tiempo para aquello, lo único que se desea rescatar en este
punto es que la gracia siempre supere nuestro histrionismo.
4.- Evite dar la espalda
Es muy importante tomar en cuenta
el punto N° 1 del MINISTRO DE ALABANZA, buscar trasmisores de órdenes es ideal, ya que de esta forma su principal
prioridad será primero ministrar, dirigir y guiar a la congregación. No se puede
pasar toda la reunión dirigiendo a los músicos, tratando de trasmitirles
pasión, logrando infundirles aliento, que eleven su expresión, no, un rotundo
no, se entiende que todo el SM esta ministrando al pueblo. El SM está listo en
todos los sentidos para cooperar en la adoración, dispuesto a seguir el camino
o cambiar la dirección si así lo estima el Espíritu Santo pero en ningún caso
el centro de la atención. Por esta razón, tanto el director como los
integrantes deben estar con los ojos puesto en la congregación, siendo partícipes
en la expresión, en la entrega. Solo se da la espalda para entregar una orden
que está realmente justificada y que se realizará lo más sutilmente posible. La
congregación debe ser guiada, dirigida, para ello se necesitan todos los
sentidos puestos en la entrega y recepción del mensaje visual, de lo contrario
no se sentirán guiados, no sabrán que paso seguirá, a que deben atenerse. Es
importante tener un contacto visual ya que esto garantiza:
·
Percibir
la recepción de palabras y sonidos.
·
Garantiza
una comunicación constante.
·
Se
perciben sentimientos.
·
Se
logra captar el grado de entrega en la adoración.
·
Se
trasmite pasión.
·
Etc.
5.- Tener presente a la congregación
Un detalle que siempre se pasa por alto es no tener presente la
congregación. Tener buena empatía y llegada es una ventaja importante, ser
afable, amigable, amable, cercano, sociable es un primer acercamiento con
quienes vamos a compartir la adoración, ya que somos nosotros quienes debemos
canalizar esa expresión de adoración hacia Dios y de Dios hacia ellos, somos en
cierta forma un puente (guardando siempre las proporciones del caso) que ayudan
a trasmitir ese deseo. Somos quienes hacemos extraer del interior ese torrente
de adoración que va dirigido hacia el trono de Dios.
Quienes están a cargo
del SM deben siempre instar a los integrantes a relacionarse con aquellos que
traen su ofrenda al Señor. Guiarlos a que traten en el poco tiempo que les
queda a saludar, intercambiar ideas, entregar una palabra de Dios a darse a
conocer. Que cualquier nuevo integrante al SM sea honrado por la congregación
por su carácter, por su entrega, por su carisma, por su afabilidad.
Además, se debe tener
en cuenta los grupos etarios, los grupos de edad que hay en la congregación, de
esta forma se pueden determinar los estilos musicales en determinadas
situaciones. Es imposible pasar toda la reunión con un sonido Rock, ya que solo
gustarán algunos y molestará a otros. Lo adultos encontrarán los sonidos
estridentes, fuertes, inapropiados, mientras que los jóvenes se darán un
festín. Se debe tener presente este punto para disponer de los sonidos más
apropiados. Si bien es cierto la adoración es para Dios y no estamos para
satisfacer los gustos de las personas, pero se nos ha dado este medio para
expresar adoración y se debe hacer con delicadeza y mucha sensibilidad. Alguien
podría decir que el Salmo 150 tiene mucho ruido, pero también hay salmos con
sonidos delicados. También están aquellos que con justa mención podrían indicar
que en los primeros siglos de la era cristiana no habían instrumentos ni
sonidos musicales en las reuniones, pero vuelvo a señalar, que al dársenos esta
forma de adorar en la que es posible recrear un sin número de estilos produciendo
de ellos todo tipo de sincronía sonora es apropiado utilizarlos con sutileza y
siempre para la exaltación de Dios teniendo presente que un sonido puede
producir un entusiasmo significativo como también una escalofriante desolación.
Me podría extender
mucho en este punto, pero no es mi intensión, solo recordar que es importante
tener presente la congregación a la hora de seleccionar un determinado número
de alabanzas.
6.- No regañar a la congregación
Sin duda es
inevitable sentir molestia cuando se está dirigiendo un momento de adoración y
percibir que la congregación es indiferente. No podemos saber los motivos que
han llevado a esta situación en particular tan solo especular algunas posibles alternativas
según nuestra apreciación momentánea tales como: No aman al Señor, vienen solo
por cumplir, no se apasionan, no entregan un buen sacrificio de alabanza, etc.
En fin, pueden ser muchos los motivos cierto e incorrectos dejándonos llevar así
por las apariencias. Sentir desagrado no es tan preocupante si hay un buen
dominio propio, sin embargo se torna problemático cuando el sentimiento se exterioriza y pasa a
ser centro de nuestra atención ¡eso es peligroso!, ya que la hermandad percibirá
el tono de su voz al expresar su descontento produciendo un rechazo inherente a la situación lo que conllevará a un momento desagradable por dejarnos llevar
por esta línea de desesperación.
En casos así, es mejor detener la adoración congregacional suavemente, detener
el sonido producido por los instrumentos que solo son “metal que resuena y címbalo que
retiñe” y en silencio expresar adoración de forma espontánea esperando una
dirección de parte del Señor a través del Pastor o algún hermano de la
congregación. De esa forma nos podemos aquietar y depender exclusivamente del
Espíritu Santo. Obtenida la dirección retomar con calma, desechando las
molestias y apreciando lo que menciona el salmista: “Mirad
cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía.…(Salmo 133:1)”
7.- Incluya alabanzas nuevas y antiguas
La utilización de
equipos audiovisuales en la adoración ha tenido sus ventajas y sus desventajas por no saberlas utilizar de
forma correcta. Un proyector de Canciones es un instrumento muy adecuado y
cómodo, especialmente su utilización en alabanzas nuevas, ya que de esta forma
existe una retroalimentación. Las ansias de dar a conocer alabanzas nuevas
tienen un peligro, en especial si en cada reunión surge una nueva. El peligro
pasa porque acostumbramos a los hermanos
a leer y no memorizar. Aun no se aprende una alabanza cuando se está
proyectando una nueva, eso es nefasto, por la sencilla razón que no dará tiempo
a la meditación ni a la expresión corporal o visual, en especial aquellas
congregaciones en donde se ocupa un buen tiempo de la liturgia en ministrarse
uno a otros. ¿Le podré decir algo al hermano si no se la letra de la canción?.
El que dirige dirá: ¡Ministra de esta alabanza a tu hermano!, y nosotros
estaremos con un ojo en el proyector y otro tratando de titubear palabras. Es
necesario saber la alabanza para ministrar con autoridad. Ahora sabemos porque nuestro hermanos mayores
saben tantas canciones y no fue por las proyecciones, sino, porque cada domingo
las repetían una y otra vez, como una trasmisión oral.
Si el Espíritu Santo
nos ha brindado el camino para el culto de Celebración entonces siempre será
bueno ir matizando entre alabanzas nuevas y antiguas con el objetivo que todos
sean parte de la adoración y más aún aprender inteligentemente la letra de las
canciones. Esto tiene como objeto que en los hogares, en el trabajos, en la
comunión puedan ir asimilando aquellas
nuevas alabanzas que pueden ser o han sido de bendición. Pero esto no sucederá
si vamos cambiando vez tras vez una y otra alabanza. En esto hay que usar el
sentido común, necesitamos una congregación que exprese cánticos nuevos, que
comparta alabanzas, que canten en sus casas y que con ello traigan salmos a las
reuniones congregacionales. De lo contrario se formará una hermandad que solo
escucha y que no expresa, porque no sabe las letras. Algo similar con aquellas
alabanzas que nos llevan a danzar. Si en cada reunión practicamos éste tipo de ritmo
y estilo tendremos una congregación que danzará en todo lugar y en todo tiempo,
pero si las evitamos tendremos a una congregación retraída, apagada que le dará
vergüenza elevar un pie del suelo. Por esta razón, en la dirección que nos ha
dado el Espíritu Santo debemos matizar los estilos y ritmos musicales.
Lo he dicho siempre “El SM
es el encargado de darle el estilo de la liturgia de una congregación”,
podemos generar congregaciones vivas, dinámicas, expresivas, como también
congregaciones ahogadas e inertes.
En mi caso, éramos conocidos
como una congregación distinta a las demás, ya que combinábamos la música con
la ministración uno a uno, que en ese tiempo nadie más hacía. Podíamos brincar
como “becerros
en la manada…” (Malaquías 4:2). Las visitas podían ser ministradas,
abrazadas y llorar por sentir el amor que en ningún otro lado pudieron
conseguir. Nuestro estilo era hermoso, de mucha comunión y hermandad, pero como
dijo alguien: “Si no fuera por el hombre todo estaría bien…”, claro, llegaron
nuevos estilos musicales, se incluyeron proyectores visuales, se dejaron las
alabanzas de danzas, se dejaron las alabanzas de comunión y ministraciones y
comenzamos a ser una congregación común, donde se mira fijamente la proyección
y tratar de aprender la letra asociado a un ritmo, son muchas cosas a la vez:
música, letra, ritmo, hermano, expresión, por lo que se opta a lo más sencillo
mirar hacia adelante, mirar la nuca del hermano ya no me interesa quién está a
mi lado…es una pena. No deseo ser
injusto y decir que todo está mal, se han logrado otro tipo de cosas que
faltaban, pero se ha dejado el fundamento. Es necesario hacer una retrospección
seria para retomar lo bueno y unirlo a lo nuevo.
No quisiera detenerme
y dar más razones, ya que no es mi intensión en este punto, solo decir que la
congregación ocupa un papel preponderante a la hora de adorar que hay que tener
presente.
8.- Preparar los canticos
En su rigor nunca se
eligen al azar las alabanzas que se utilizarán en determinados momentos de
adoración, la prioridad es que sean entregadas según la carga que está
entregando el Espíritu Santo, ya que el principal propósito de la adoración es
exaltar a Jesucristo y engrandecer al Dios todo poderoso. No quiero decir que
nuestra expresión lo hace grande, no, sino a declarar su grandeza en forma
congregacional. Por esta razón es recomendable buscar en oración, ser
observador y más aun ser un pilar fundamental en el ministerio pastoral, como
dice el Apóstol Pablo a Timoteo: “Hombres fieles…” (2 Timoteo 2:1-13).
Ser un hombre fiel garantiza conocer la carga espiritual que está en el corazón
del ministerio pastoral, se conoce en un cierto nivel el estado emocional de la
hermandad, se puede discernir qué momentos
está pasando la congregación y hacia donde nos está llevando el Espíritu Santo.
Sin embargo, hay
probabilidades que no se obtenga la dirección del culto a Dios para un
determinado momento y que es una situación de bastante presión, más aún si es
de forma consecutiva. Para quienes que cantan por cantar y no tienen propósito
en su adoración será algo normal, pero para quienes entendemos que el culto de
celebración a Dios es un momento único en nuestro que hacer semanal pasa a ser
una situación preocupante. Por lo mismo, es recordable que no somos Llaneros
Solitarios en éste servicio y que dependemos en todo de los demás, que
reconocemos la gracia derramada en todos los integrantes del SM. Si ha pasado
el tiempo y aun no encuentro una clara dirección es necesario buscar las
alabanzas más apropiadas que puedan introducir a la congregación hacia la
adoración, alabanzas conocidas, livianas, agradables de tal forma que nos de
tiempo para que en nuestra sensibilidad poder hallar el camino correcto.
Lo más recomendable
será una reunión previa con todo el equipo del SM y discernir en ese instante
un propósito de la adoración para el
momento. De no existir claridad se debe acudir al Pastor quién en su
experiencia y capacidad le brindará la visión correcta.
De no haber logrado
un contacto directa con el ministerio Pastoral, es muy importante poner mucha
atención a la dirección indirecta de éste, ya sea en un cantico nuevo, tarareo
de una alabanza, verbalización de algunas líneas de canciones, etc, todo lo que
sea rescatable del momento será útil. Es
nefasto cerrar los ojos y tozudamente hacer lo que dicta su corazón, no, mejor
es aquietarse y buscar la dirección que puede estar en los demás. Recuerde que
no siempre usted tiene la última palabra y que está sujeto a autoridad.
9.- Evite ministrar lo ministrado
Es poco el tiempo que
se dispone para la adoración y sus respectivas expresiones que pueden ser
variadas, ya que mucho mayor excelencia en cuanto a tiempo la posee la
ministración de la palabra de Dios en un culto congregacional, por esta razón
el tiempo hay que aprovecharlo de la mejor forma. Cualquier palabra o sonido
que no tenga propósito estará de más. Para
aclarar la idea y pueda ser bien interpretada, hago recuerdo de la siguiente
escala de autoridad dentro de un Culto de Celebración que hay que tener
presente:
Organigrama
N° 1
En este pequeño
gráfico tenemos dos conceptos, por un lado las flechas de color celeste que nos
indica la retroalimentación cálida de la gracia derramada en cada integrante de
un culto de celebración, en especial de aquellos que están sirviendo en la
dirección del mismo. Con estas flechas
grafico la sujeción mutua en torno a un solo objetivo “la adoración a Dios”. Sin embargo también he reflejado con flechas
de color negro sólidas la jerarquía de autoridad, donde se aprecia que tanto el
Director Congregacional y Musical están bajo la autoridad del Pastor, que es la
máxima autoridad en una congregación. Además, se puede apreciar que el recuadro
del director musical está un poco mas desnivelado, graficando de esta forma que
en un culto a Dios siempre estará el Director Congregacional sobre la dirección
musical. Por lo mismo, los integrantes del SM están sujetos a la dirección de
aquel. También es cierto que no todas las veces el director congregacional
tiene la dirección espiritual correcta para el culto de adoración y es ahí
donde el SM tomará las riendas de un determinado momento. De estar ambos fuera
de la dirección espiritual quién tomará el control absoluto del momento es el
Pastor Principal.
Me expreso de forma
inteligible, todos sabemos que estamos sujetos al Espíritu Santo, pero me tomo
la libertad de graficar una situación para determinar los grados de autoridad.
¿A que voy con el
diseño del organigrama y el hecho de incluir este punto de EVITAR MINISTRAR LO
MINISTRADO?, sencillamente porque a veces se pierde mucho tiempo en ministrar
posterior a una ministración, entendiéndose por ministración en éste punto a “entregar
una palabra Rehma (ver diccionario) a la congregación o una determinada lectura
bíblica”. Me refiero a que generalmente
el director congregacional habla o lee un pasaje bíblico inspirador que ha generado
que la congregación fluya en alabanza, acto seguido insta en un asevero
espiritual a derramarse delante del señor. Hasta este momento todo bien, sin
embargo quién comete un desacierto es el Director Musical que innecesariamente interrumpe
este sublime momento compartiendo otra lectura biblia o una aparente palabra
Rhema, lo que conlleva a cuatros situaciones, que podrían ser más:
1° Se pierde el bello momento de adoración
2° La intensidad disminuye, sea en lo espiritual o emocional
3° Se pierde el valioso tiempo de proclamación.[1]
4° Cuesta retomar el sentido que se inició
Para evitar esto es
sugerible apaciguar sus ansias de pronunciar palabra alguna debido a que el
momento que se está viviendo es una intervención directamente del Espíritu
Santo que toma un tiempo justo en el instante preciso. De esta forma, por más
que piense que su intervención será buena no tendrá la misma fuerza explosiva
que la ministración primaria (no generalizo, pero es una regla que se repite), además que le quitará protagonismo a un ente
que está siendo usado directamente por el Espíritu Santo. Por lo mismo, deje
pasar unos minutos ya sea cantando, fluyendo en melodías, canticos espirituales o simplemente proclamando,
deje que fluya la adoración espontánea, ya habrá otro instante donde podrá
expresarse.
10.- Atento a las autoridades
Todos los llamados a
servir al Señor estamos bajo sujeción, sea esta de forma horizontal entre
hermanos o vertical hacia nuestro Dios. La sujeción es mutua, reciproca bajo el
reconocimiento de autoridad a través de la gracia derramada por parte del
Señor. Este es un principio fundamental en quienes sirven en el SM, y sobre
todo quienes están a cargo de la dirección musical sea el director principal o
aquellos que colaboran en esta labor. No tener claro este principio nos puede
llevar a una presunción de nuestras capacidades. [2] Esto debemos no solo saberlo, sino
practicarlo. Si miramos el Organigrama N° 1 podemos ver los distintos niveles
de autoridad en la adoración y similar es en la congregación. Es muy particular
que el director musical pretenda tener siempre la dirección, y sobre todo el
control de quienes integran el SM, esto se demuestra al sentir molestia cuando la
autoridad principal de la iglesia local le da su apreciación de ciertas
situaciones al interior del SM. Se
tiende a pensar que solamente los que posee un cierto grado de conocimientos
técnico-musical tienen el derecho de una recriminación o una suerte de
cuestionamiento, las demás opiniones no importan. Y aunque no se manifieste de
forma verbal se puede discernir de una forma espiritual. Es por esta razón que
en la mayoría de las congregaciones la autoridad principal representada por el
pastor rara vez participa de los encuentros de los integrantes del SM, y las
posibles causas son:
·
Rechazo
por parte del director de alabanza
·
Poco
conocimiento técnico musical
·
Elevada
auto estima de los integrantes del SM
Tal vez podrían
existir muchas otras más causas, sin embargo no debiera darse así. Gracias a
Dios nuestra realidad congregacional no es así, ya que el pastor participa de
forma continua en todo el proceso que significa la adoración y esto tiene que
ver con un grado de sensibilidad espiritual para la excelencia de la adoración,
sin embargo, no sucede así en otras realidades, he sido testigo como los
ministros de música son verdaderos semidioses, intocables, inaccesibles, dueño
y señores de quienes están a su cargo, pero esto no debe ser así entre nosotros
(Mateos 20:26).
Los directores musicales
deben tener presente siempre esta jerarquización de autoridad, no para vivir
atemorizados, mucho menos para anularse en su desarrollo como un músico
consagrado, sino, para la obediencia al Señor. La sujeción debe transformarse
en un hábito, ya que por costumbre tendemos a no sujetarnos. Para llegar a ser
un hábito se debe practicar, en todo tiempo, bajo toda circunstancia. Respóndame
usted director de música ¿a caso no se ha molestado alguna vez cuando le han
manifestado alguna falencia o deficiencia dentro del SM? ¡Claro que sí, y no
solo una vez, ¡muchas!...
Los directores
estamos bajo sujeción, así como también otros están bajo nuestra autoridad,
pero es una autoridad reconocida y no impuesta. Al ser reconocida nos debemos a
los demás, en servicio, en entrega, en devoción. Tengamos siempre claro que no
somos “patrones de fundos” (como muy bien lo menciono un profesor), dando
órdenes por doquiera, sino, los primeros en servir. Escuché por ahí a unos
historiadores refiriéndose al joven Alejandro Magno: “si Alejandro conquistó todo…no
fue por sus órdenes necesariamente, sino, que lo que pedía lo hacía primero…”.
Y tenemos a nuestro gran Señor
Jesús con simples palabras “El ”(Mateo 20:28)
11.- Incluir músicos nuevos
Debo hacer notar la
diferencia que existe en incluir a nuevos integrantes al SM e incluir a un integrante por primera vez a ser parte
de un servicio de adoración y alabanza.
Veamos el primero que
es una muestra clara que se está creciendo, y en esto se debe estar llano a integrar
nuevos hermanos al ministerio[3],
ya que es una pequeña fracción del Ministerio Pastoral dedicada a ésta área.
Se debe pensar además que el SM no está compuesto solo de músicos y voces sino
que es un equipo multifuncional donde se deben satisfacer muchas necesidades.
Según la dimensión de la congregación, debieran existir en el SM áreas como:
·
Traslado
·
Logística
·
Mantención
de equipamiento y cableado
·
Músicos
·
Voces
·
Danza
·
Aseo
·
Control
y Amplificación
·
Área
audiovisuales
·
Fotografía
y luces
·
etc
Va a depender según
numero del SM, sin embargo en todo nivel de crecimiento se debe contar con
hermanos con un alto grado de servicio para cubrir las distintas áreas que se van
creando.
Por esta razón el
director musical y quienes forman parte del SM deben estar atento a quienes cumplan
con los requisitos de fidelidad dentro de la hermandad, observar la gracia y
posteriormente seguir el conducto regular de autoridad para ver la
disponibilidad o posibilidad de incluirlo al SM
Incluir nuevos integrantes al SM garantiza un
recambio en el futuro para las nueva generaciones, que se irá repitiendo en el
tiempo.
Visto lo primero,
paso a desarrollar la segunda parte de este punto de Incluir por primera vez a unos
músicos al servicio de adoración y alabanza, ya que tiene sus
riesgos sino tomamos las precauciones necesarias. Y tiene sus riesgos
por la sencilla razón que el nuevo músico no tiene la experiencia suficiente
para enfrentar situaciones de dificultad o involucrase en momentos de
espontaneidad musical y esto es totalmente normal y entendible. Por esta razón
el director debe tomar las precauciones del caso, ya que no nos podemos dar el
lujo de arriesgar un culto de celebración porque los músicos no fueron
suficientemente sensibles en ministrar con sus instrumentos por errores de
inexperiencia.
El director del SM
debe ser sensible en este sentido. La base musical esta en las percusiones y al
carecer de ellas quienes la secundan son los instrumentos de cuerda, si uno de
estos se pierde téngalo por seguro que todo el ritmo cambiará y la
interpretación musical y vocal tropezará tratando de adaptarse al complicado tiempo
musical que se ha generado acarreando
desorientación, molestias y distracción entre los hermanos. No solo será eso,
sino que causará una leve sonrisa en la audiencia que se transformará en burla,
más aun si ésta se va repitiendo en el trascurso del culto de celebración, y en
vez que el nuevo músico pase a ser de bendición pasará a ser motivo de distracción
que pondrá en peligro el desarrollo del culto. Lo que esto acarreará es que
tendremos un músico que vivió una mala experiencia que a futuro tendrá dos
opciones: recuperarse rápidamente del traspié o lisa y llanamente no participar
más. Tal vez exagero, pero ha sucedido y la experiencia me avala. Por lo mismo, si va a incluir a un músico
nuevo a ocupar un lugar ya nombrado le sugiero lo siguiente:
a) Integre al músico pero no lo deje
solo
El hermano de más experiencia debe acompañar
responsablemente al nuevo integrante que está cubriendo su puesto, esto con el
objetivo de transmitir e infundir aliento, compañía, confianza, animo y en caso
de múltiples errores tomar el control. No simplemente entregar el puesto y
desvincularse, sino siendo parte desde el momento de la implementación del
instrumento, su afinación y puesta en escena, de esta forma demostramos
compañerismo y hermandad trabajando bajo un solo objetivo, la excelencia en la adoración.
Además, si se cuenta con recursos necesarios se puede
adicionar un instrumento que acompañe al reemplazante, ya que muchas veces será la batería, el bajo, la guitarra u otro
instrumento que iniciará un ritmo, de tal forma que si el reemplazante inició
equivocadamente sea el de más experiencia quién le corrija su error. También es muy apropiado una vez terminada su
participación darle a conocer su buen desempeño como también mencionar los baches
que debe mejorar.
Esto es recomendable realizarlo las veces que
sea necesario hasta que el nuevo integrante sea capaz de desenvolverse de una
forma normal.
b) Momentos de ensayos
Sabiendo que el nuevo músico tomará parte del
culto de adoración, es muy importante que el de más experiencia advierta del
camino que recorrerá, trasmitiendo en la gracia del señor los conocimientos
necesarios para enfrentar las posibles vicisitudes. Además es muy bueno tener
ensayos periódicos con quien tomará el lugar de otro, y no necesariamente con todo el
SM sino solo con quién reemplazará.
c)
Que los nuevos sepan quienes
transmiten ordenes
Lo más importante para un nuevo integrante al
momento de participar de un culto de celebración es saber de quién recibirá las
órdenes para todos los tiempos y etapas musicales con el fin de no sentirse
desorientado y desempeñar de buena forma su participación.
12.- Sea sensible
La sensibilidad no
nace de la noche a la mañana y es un punto importante para el director de
alabanza. La sensibilidad se adquiere principalmente por el acercamiento a Dios
a través del Espíritu Santo, sea esto en oración, lectura bíblica, comunión y sujeción.
Por lo mismo, no se es sensible solo en el área musical si no en todo tiempo. No
puedo indicarle cuantas ora debe orar o leer, pero “la práctica hace al maestro…”.
Si existen grados de sensibilidad no podría alinearlos o encuadrarlos en una
lista ordenada o aleatoria, pero sí podría mencionarle que aquel que posee un
grado de sensibilidad lo es en todo tiempo: dar una orden, pedir un servicio, ministrar a la congregación,
discierne tiempo para escuchar, para hablar y posee un alto grado de servicio en
su compromiso con el ministerio pastoral. En todas sus palabras guardará cuidado y estará siempre presto a
corregir con sabiduría, esto mismo llevará a un ministro de alabanza a ser
parte de la adoración fusionándose a ella en la expresión y dirección musical,
por esta y muchas otras razones bien lo expresó el apóstol San Pablo “No tiene más
alto concepto de sí que el que debe tener…” (Romanos 12:3).
Tal vez mas adelante agregare
otras referencias que pueden ser de utilidad a quienes ministran la alabanza y
adoración en determinadas congregaciones.
DICCIONARIO DE PALABRAS BIBLICAS Y
LENGUAJE COMUN
HISTRIONISMO: Exageración y afectación en la manera de expresarse de una persona.
EXCENTRICISMO:
Se aplica a la persona que se comporta de forma rara o poco común, por lo que llama la atención..
VICISITUDES: Circunstancias cambiantes, sucesión de acontecimientos favorables y adversos.
REHMA: El “rhema” es una palabra específica inspirada por el Espíritu Santo
como respuesta o guía para una situación concreta. Esta puede venir a nosotros
en diferentes maneras; por ejemplo, al leer la Biblia, de pronto, el Espíritu
Santo da nueva vida a un versículo o palabra con un poder sobrenatural en
nuestro espíritu para que la tomemos para nuestra vida. Este “rhema” puede
tener diversos objetivos, tales como: enseñarnos, dirigirnos, consolarnos,
ubicarnos en una función o un ministerio específico, entre otros. El término
“palabra” traduce con frecuencia en las Escrituras la voz hebrea “da·vár” y la
griega “ló·gos”, que en la mayoría de los casos se refieren a una idea, dicho o
declaración completos. Por ejemplo, la frase «Palabra (logos) de Dios» que
aparece en el Nuevo Testamento, muchas veces se refiere a las Escrituras del
Antiguo Testamento (Tanaj). Sin embargo, para referirse a una sola palabra, en
griego se utiliza el término “rhe·ma”, el cual aparece más de 60 veces en el
Nuevo Testamento.
Presunción: Vanidad que muestra una persona que presume y alardea de sí
misma y de sus propias cualidades.
NOMENCLATURAS
SM = Servicio de Música
[1] Entendiéndose por proclamar en este
contexto a la exaltación verbal de los atributos divinos del señor, lo que en
el ambiente neo testamentario se denominaba profetizar.
Gracias Hermano por la disposición de entregar una dirección y orientación al culto congregacional. Muy bien argumentado y claro. Atesoraremos estas recomendaciones.
ResponderBorrarQuiero compartirles este video, OH amadísimo Padre...
https://www.youtube.com/watch?v=lJ7Bz43SS8I
muchas bendiciones.
Gracias Luis por compartir estas recomendaciones tan bien ordenadas, ojala todos los hnso del servicio puedan leerlo, reflexionar y ponerlo en practica
ResponderBorrarHola Luis, gracias por las recomendaciones. Se destaca en todo. Saludos
ResponderBorrar