La Danza

La Danza

INTRODUCCION

2ª Samuel 6:12-22 David tras sacrificar un toro y un carnero a Dios, danzó lleno de alegría al ver que el arca del pacto de Dios había llegado a la ciudad de Jerusalén, comenzó a bailar por las calles al ritmo de la música de celebración que acompañaba la travesía del arca.

La pregunta que surge en muchos cristianos es ¿Se puede danzar en el culto a Dios? ¿Es apropiado? ¿Que dice la escritura del tema?

Como buenos estudiosos de las escrituras, y los innumerables pasajes bíblicos referente al tema, nos daremos cuenta que la danza nunca fue instituida en la liturgia del tabernáculo, y que toda manifestación de ésta índole fue producto del gozo o triunfo ante desarrollos importantes de la vida del pueblo de Dios. Además, esta expresión corporal fue realizada al aíre libre y en exclusiva utilización por parte de las mujeres, a excepción de David en 2ª Samuel 6:12-22 cuando pretende traer el Arca del pacto a Jerusalén y que en medio de ese proceso existen algunos inconvenientes de muertes y disgustos.

Existen otros tantos pasajes bíblicos que hablan del tema, como la celebración de María hermana de moisés luego de cruzar el mar, las hijas de Jepté, como también la danza realizada ante el becerro de oro entre otros. Pero es precisamente este verso bíblico de 2ª Samuel que ha producido polémica en el pueblo de Dios y hasta división como tantas otras cosas de forma y no de fondo, ya que se aferra a textos bíblicos queriendo hacer doctrina de el.  Hago recuerdo que en éste hecho, David  desato tanto esfuerzo que sus ropas cayeron quedando al desnudo:

"Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino.
Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: !!Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera! " (2 Samuel 6:14; 20)

Entonces podría sarcásticamente mencionar “¿entonces debemos también danzar hasta llegar a éste limite?”.   ¡No!, y cito al apóstol Pablo:

“Pero hágase todo decentemente y con orden”.
1 Corintios 14.40

Por otra parte, es claro ver que en el templo se instituyó: Clases Sacerdotales, Porteros, Cantores, e incluso instrumentos de cuerda y viento entre otros, pero no se aprecia la danza. Esta expresión no esta registrada en la liturgia del Antiguo Testamento, tampoco en la sinagogas del proceso Inter Testamentaria antes de la revelación de Jesucristo y su nacimiento virginal, ni mucho menos posterior a éste, en el Nuevo Testamento.

Quedando claros en esto, paso a lo siguiente.

DESARROLLO

Sin embargo, sería un error de mi parte decir que la danza es buena o mala y tratar de forzar un texto bíblico para apoyar mi posición, porque sería pecado, orgullo y traería desorden y división, además que la danza es un tema neutral. Ni mucho menos deben sentirse amenazados aquellos que tal expresión han practicado por tanto tiempo, como tantas otras cosas.

La danza es una expresión corporal que ha estado junto al desarrollo de nuestra civilización, junto a la cultura de los distintos continentes y por sobre todo en la historia de la humanidad. Su utilización  espontánea ha sido una expresión de gozo, de festejo, celebración, así como también de denigración corporal de paganismo y desordenes sensuales (1 Reyes 18:26-30).

Podríamos darle vueltas al tema y decir: ¡debe danzarse!, o, ¡no debe danzarse! Y tener pleitos de esta índole que son casi insignificantes a otros temas tan fundamentales en la vida del cristiano como la Santidad, que nunca se podría polemizar porque es un tema absoluto.

A mi humilde parecer, siempre la clave la encontramos en Jesús, por eso Juan dice que “él es la luz” (Juan 1:6-13). Hay temas que los apóstoles no dejaron claro en cuanto a la Doctrina de la Iglesia, y tuvieron que ser los Padres de la Iglesia y sus sucesores quienes debieron enfrentar la apostasía de los insubordinados y defender con ímpetu la veracidad y el espíritu de las escrituras.

En cuanto a la expresión de adoración nadie es más claro que Jesús, él ha dado en lo cierto al mantener una plática con la mujer Samaritana:

 “Ha llegado la hora, y ahora es, en que los verdaderos adoradores, adorarán en espíritu y en verdad. Así quiere el Padre que sean los que adoren”. Juan 4:23

Menciono brevemente, que los Patriarcas cuando expresaban adoración lo hacían de forma espontánea. En donde se encontraban adoraban a Dios y erigían un monumento en recordatorio de esa experiencia. Por lo mismo, Jesús en diversas intervenciones da referencia del inicio: “Pero al principio no fue así” (Mateo 19:8).

En tiempo del tabernáculo de David y el Templo de Salomón como su posterior reconstrucción, los Israelitas eran simples espectadores de todo lo sucedido dentro de éste. Recordemos que en tiempo de Moisés llevaban sus animales u ofrenda ante los sacerdotes, la depositaban o imponían sus manos sobre el animal y luego solo observaban como el sacerdote se introducía al lugar santo, como también una vez al año lo hacían al lugar Santísimo. Luego solo oían que la ofrenda había sido recibida como expiación del pecado y el pueblo de forma unánime repetía a viva voz: “¡¡Amen!!”. Luego, se retiraban a sus tiendas y tratar de recordar las expresión del sumo sacerdote “consumado es”.

En el templo algo similar, meros espectadores del desarrollo litúrgico de los Sacerdotes y Levita. Ellos escuchaban los hermosos cánticos, los instrumentos que envolvían el oído, pero todo fuera del templo. Luego de la lectura de la ley y del fuerte ¡Amen” de confirmación, se retiraban a sus hogares y trataban de anotar en los postes, en las ollas, lo que algún sacerdote explicó y que ellos grabaron en sus corazones. Expresiones como: “Santidad a Jehová”, y se las fueron repitiendo a sus hijos. Cada vez que salían de sus casas podían ver esa escritura marcadas en cada rincón de ella.

Por lo mismo Jesús se molesta tanto con los mercaderes y cambistas cuando habían hecho de su casa una cueva de ladrones, porque el atrio estaba reservado para los gentiles quienes acudían al templo a escuchar la voz del Sacerdotes, y los cánticos de los levitas ya que su acceso estaba restringido al templo reconstruido por Herodes. Mientras que los judíos estaban en el templo, ya sea, en el Patio de la Mujeres, Patio de Israel o el Patio de los Sacerdotes pero siempre en la misma actitud “espectadores”.


Y les dijo: Escrito está: ``MI CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACION, pero vosotros la estáis haciendo CUEVA DE LADRONES. (Mateos 21:13)


CONCLUSION

Por eso la adoración es en Espíritu y Verdad. ¿Por qué?, porque de todo lo que un predicador dice, solo quedará un trozo de esa palabra, lo que el Espíritu esta diciendo a la Iglesia. Jesús lo dijo: “El que tenga oído, que oíga” (Mateos 11:15). Juan lo vuelve a mencionar: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7).

A diferencia del Antiguo y Nuevo pacto, nosotros lo grabamos en nuestro corazón, y además tenemos las escrituras.

Retomo el texto de Juan:

 “Ha llegado la hora, y ahora es, en que los verdaderos adoradores, adorarán en espíritu y en verdad. Así quiere el Padre que sean los que adoren”.

Hermano lea y oiga en el espíritu. La mujer preguntaba ¿donde se debe adorar?, Jerezim o Jerusalem, Jesús dijo: “Ha llegado la hora, y ahora es”. ¿Qué quiso decirnos Jesús?. Que desde ahora ya nunca más seremos espectadores de la adoración, sino protagonistas de ella. Nosotros cantaremos. Nosotros leeremos la ley y la trasmitiremos a los demás. Nosotros utilizaremos nuestros instrumentos musicales. Pero ¿Dónde? ¿En Jerizim? ¿En Jerusalén?. No, en todo lugar. La adoración es ahora como al principio, espontánea, libre, sin sacrificios ni actos carnales, ahora es todo espiritual porque hemos nacido de nuevo y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es y lo que es carne, carne es.

Por lo tanto, si la danza fue una expresión que solo se realizaba al aire libre y como una expresión de gozo y no litúrgico ¡¡¡¡bien entonces!!!! porque ahora ya no existe la liturgia veterotestamentaria ni mucho menos la neoteastamentaria.

“Así quiere el Padre que sean los que adoren”

El que tenga oídos escuche lo que el espíritu dice a la iglesia y no olvide la recomendación del Apóstol Pablo:

“Pero hágase todo decentemente y con orden”.
1 Corintios 14.40



Por: Luis “CATATO” Vidal.

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